jueves, 4 de marzo de 2010

UUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFF!!!!!!

Sacarse la modorra de la cabeza y las telarañas de los dedos resulta una tarea pesada cuando los pensamientos andan volando lejos, muy lejos del suelo...

Notable lo de Marta. La palabra justa, en el recuerdo impecable de la magia de los cines. Y digo "los" porque me refiero a los espacios, mucho más allá del arte. Cada frase despierta la memoria y, aunque tema repetirme quiero evocar la rutina dominguera de cuando chico. Matineé a las 14, con los "episodios" más una película pasatista, vuelta a casa para la merienda y luego ¡de nuevo al cine! para la función de las 18 hs, esta vez con una puesta algo más sustanciosa.

Delicada Martita al hablar del rumor envolvente... ¿quien no recuerda el caos de zapateo, silbidos y gritos cuando se cortaba la cinta? Duraba exactamente hasta que el operador podía reempalmar la película y volvía todo a la normalidad.

¿Y las pistolitas armadas con medio broche y la ballenita para tirar granos de maíz, o pedacitos de granza recogidos al pasar por la plaza????

Tan sencillo es como que alguien lo mencione para reproducir vívidas como entonces las imágenes que nos refresca el texto... ¿verdad? Arriba y al fondo, lugar preferido por las incipientes parejitas, amparadas en la penumbra de la sala... Jaaa!!!

Impresionante... a ver quien se anima a recordar los bailes,
o alguna otra actividad colectiva...

1 comentario:

Marta Guzzo dijo...

Agradezco tus palabras, Julio, y te digo que creo tener la respuesta a la falta de coincidencias "acústicas" de nuestros recuerdos: los míos se refieren a las películas propiamente dichas; los tuyos ¡a los ensordecedores episodios de la matiné!(aunque, ruidos +, ruidos -, la magia siempre estaba presente).