miércoles, 12 de agosto de 2009

BIFURCACIÓN

Sin lugar a dudas, el espacio que ocuparon en nuestra existencia la escuela primaria y la secundaria se puede describir como un gran arcón pirata, donde agregábamos piezas a un tesoro que sería nuestro respaldo fundamental para la vida de adulto.
Fabricamos cada joya con el aprendizaje del respeto por el prójimo, el amor a nuestras raíces y las ganas de vivir. Forjamos sus piezas con el cincel de los primeros reveses y les dimos brillo con la alegría que nos brotaba de nuestro interior.
Yo también tenía mis sueños, y un día cargué mi arcón para apartarme del camino de todos en busca de un horizonte distinto. Terminábamos Cuarto Año, sabe Dios el tremendo esfuerzo que tuve que hacer para dar el paso definitivo y despegarme de ese hermoso grupo que nos contenía.
Sin embargo, cada uno sacó una perla de su arcón y ayudó a que el arranque fuera sin dolor.
Allá fui, con el sabor agridulce de una despedida que quise plasmar en este pequeño video. Ahora me doy cuenta que no me fui solo,
me los llevé a todos en el corazón,
¡y me acompañaron toda la vida!


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(lo podrás ver en pantalla completa)